¿Liderar con TIC, para qué?

Las TIC se están introduciendo en nuestros centros de forma masiva. Es un proceso irreversible que hace que el paisaje de nuestras aulas se transforme día a día. Tenemos ordenadores, cañones de proyección, portátiles, pizarras digitales, etc. ¿Es suficiente con el despliegue de los medios técnicos? En paralelo, cada vez se habla más de la necesidad del liderazgo en la escuela. Y si unimos ambas ideas, rápidamente aparece la idea de liderar la escuela con el uso de las TIC. Pero, ¿qué nos ofrece este liderazgo?, ¿para qué lideramos?

El liderazgo en la escuela debe tener por objetivo la transformación de los procesos de enseñanza-aprendizaje para buscar el éxito escolar. Por eso, en este curso, hemos propuesto un liderazgo transformador y compartido.

El éxito del liderazgo estará marcado por una serie de características:

• Debe estar distribuido, no se trata solo de delegar, sino de transferir el liderazgo y fomentar la participación de toda la comunidad.
• Sólo se logrará una escuela de calidad a través del desarrollo profesional del profesorado que incluye una formación con repercusión en las aulas.
• Se necesita un proyecto TIC común que motive el trabajo compartido y aglutine a todos los agentes implicados.
• Es imprescindible evaluar los procesos llevados a cabo, como mecanismo de mejora.
• Se requiere la compatibilidad de la innovación con los valores existentes, las experiencias previas y las necesidades del contexto
• Se debe trabajar en un cambio metodológico gradual de la práctica docente, centrada en el desarrollo de competencias más que en la transmisión de conocimientos

¿Y cómo ponemos en marcha ese proyecto TIC común?
Será necesario llevar a cabo un proceso cíclico que incluya como principales pasos:

• La concreción de unos objetivos comunes
• La planificación de actuaciones contextualizada a la realidad del centro, y basada en la teoría educativa, pero con concreción en aspectos prácticos de trabajo en el aula
• Especificación de mecanismos de evaluación continua del proyecto
• Análisis y búsqueda de recursos para llevar a cabo las actuaciones
• Puesta en marcha del proyecto

A partir de aquí, se irán repitiendo los ciclos, buscando nuevas acciones, y soluciones a las dificultades que vayan apareciendo. Lo importante es el propio proceso, que no tiene un punto final, sino que la mejora continua será lo que nos mueva a continuar, siempre seguiremos el esquema:

Diseño → Puesta en práctica → Evaluación.

Un aspecto importante para garantizar el éxito del proyecto, es tener y alcanzar éxitos parciales. Ya sabemos que un cambio puede ser visto como un fracaso cuando va por la mitad. Hay que dar tiempo a los procesos, evaluarlos y proponer mejoras antes de dejarnos llevar por sentimientos de fracaso. Por eso, son tan importantes los logros parciales, los pequeños avances, los retos realistas logrados.


Estamos hablando de un liderazgo distribuido que genera nuevos líderes, que es duradero y sostenible en el tiempo. Este liderazgo debe ser activista pero paciente, practicando la tolerancia profesional. No olvidemos que las TIC deben transformar nuestra práctica educativa, pero siempre habrá resistencias con TIC y sin TIC.


¿Y cómo será una institución para facilitar este tipo de liderazgo transformador?
Deberá basarse en una estructura horizontal, rompiendo las barreras organizativas y burocráticas de los centros. Habrá que buscar fórmulas que hagan compatibles las necesidades personales con el éxito de la comunidad, para lo que se potenciará la creatividad.

En este sentido, no será posible transformar si no introducimos de forma democrática y participativa a toda la comunidad. El alumnado y las familias deben formar parte del liderazgo compartido para que se logre transformar la institución. Es imprescindible un compromiso público con la comunidad. Las TIC juegan aquí un papel clave, para abrir el centro y las aulas, que dejan de ser un espacio cerrado temporal y espacialmente. La visibilidad del proyecto a través de Internet es un compromiso que debemos asumir con nuestra comunidad. Además, cuando nos sentimos aislados en nuestro centro, gracias a las redes educativas, podemos trabajar con el claustro en la red, que se convertirá en nuestro mejor apoyo. Por tanto, estamos hablando de un liderazgo que mejore el proceso de enseñanza-aprendizaje en toda su amplitud, implicando a sus verdaderos protagonistas: alumnado y familias.


Cuando pensamos en nuestro centro, es posible que veamos lejanas estas propuestas. Pero este liderazgo TIC requiere también que nos impliquemos con emoción. Recordemos las palabras del escritor y teólogo inglés William George Ward (1812-1882), que suele repetir el amigo @fgpaez: "El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas."

Piensa en tu centro, ¿en qué situación se encuentra en relación a estas ideas?, ¿qué podrías hacer para llevar a cabo un proyecto de liderazgo con TIC transformador y compartido?